Primero, la naturaleza del misionero: "Nuestro sustrato auténtico es la fe... La gente sabe que cogemos la malaria como ellos, y que sin embargo nos quedamos aquí. Creo que el hecho de permanecer con ellos y de intentar ayudarles, aunque sea de manera limitada, significa algo muy concreto para los africanos: ´¡También vosotros sois importantes!´... A los misioneros no nos gusta hacernos las víctimas. Todo procede de una vocación que no nos hemos dado a nosotros mismos y que ni siquiera se mantiene por nuestra inclinación o nuestra buena voluntad. Es algo que Dios nos ha dado. Y que no vale de una vez para siempre, hay que pedir cada día la perseverancia. No es la rutina la que te impulsa a seguir, sino la gracia del Señor".
Segundo, su diferencia con las ONG: "Gente que hace el bien hay mucha. Algunos incluso nos pasan por las narices lo que hacen cuando llegan con muchos medios. Pero esos ´benefactores´ que vienen aquí no garantizan la continuidad. Vuelven a casa y escriben un gran libro sobre lo que han hecho... pero la gente de aquí no mejora. Lo que buscamos los misioneros no son sólo obras externas, porque no es eso sólo lo que representa la promoción humana ni lo que constituye un auténtico desarrollo. Lo que cambia las cosas es el sacrificio de la persona que viene aquí, se olvida un poco de sí misma y se dedica a los demás... Por eso muchos donantes nos confían sus obras, porque saben que la Iglesia se queda, permanece, lo desafía todo, está con la gente de a pie".
Por último, unas observaciones interesantes sobre el problema musulmán en Italia, válidas para cualquier otro país de Europa: "No es fácil tratar con un pueblo como el islámico. Deberíamos haber conocido mejor su historia y haber dispuesto una legislación más selectiva para ver si teníamos posibilidades de convertirlos en ciudadanos italianos de forma que se integrasen de verdad. Algo, por cierto, nada fácil. Aun sin conocerles, en algunos casos hemos llegado a ofrecerles nuestras iglesias como mezquitas. No hemos comprendido que los musulmanes son posesivos e invasores, y crean jaleo y confusión hasta el final. No tienen ningún respeto por quien no sea de los suyos. Hemos hecho un pacto con los ojos cerrados, hemos practicado una acogida a ciegas, no informada". Read more at www.religionenlibertad.com |
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