«Alfonso X fue calificado con el sobrenombre de "Sabio" merecidamente por su obra excepcional en la historia de Europa como legislador, promotor de las artes, la cultura y las ciencias. Interesado por los cálculos astronómicos, historia, leyes, juegos y poesía, hace traduzir del árabe o del latín todo lo que satisface su universal curiosidad. Durante su reinado se inician o terminan las grandes catedrales góticas de León, Burgos y Toledo, así como innumerables templos en el estilo más propio de su reinado: el mudéjar. De su creación poética, frente a sus poesías profanas, destacan las Cantigas de Santa María, escritas en gallego-portugues, lenguaje lírico de la corte castellano leonesa. La colección de 427 poemas contenidos en las Cantigas de Santa María, por su combinación de música, miniaturas y texto, ha sido considerada por los estudiosos con calificaciones cómo: Bíblia estética del siglo XIII, el repertorio medieval musical más importante de Europa y el cancionero mariano más rico de toda la Edad Media.
Por lá implicación personal y la unidad estilística, las Cantigas parecen obedecer a la mano directa del Rey como autor principal dentro de su "scriptorium", donde se presenta como trovador de la Señora celestial.
Las Cantigas de Santa María se escribieron para ser cantadas e interpretadas por los juglares de la corte, como puede verse en las miniaturas y leerse en sus textos. Música cortesana, también apropiada para ser interpretada en templos e incluso para ser danzadas en ocasiones. Unas dos mil miniaturas en cuatro códices ilustran la vida cotidiana del siglo XIII y nos muetran, entre otros detalles, los aspectos musicales y organológicos, claves para afrontar hoy la interpretación de esta magna obra.
Os que bõa morte morren e son quitos de peccados,
son con Deus e con ssa Madr' e senpre fazen seus mandados.
Desto direi un miragre que mostrou Santa Maria
por un mui bon cavaleiro, que en ela ben creya
e a que seus enemigos quiseron matar un dia,
se ll' ela 'nton non valesse, que val sempr' aos coitados.
El muit' omeziad' era e senpr' apos el andavan
aqueles seus enemigos, porque mata-lo cuidavan;
mas un dia que o soo eno camyno achavan,
a el correr-se leixaron, dando muy grandes braados,
Dizendo-lle: "Morreredes." Mas el nonos asperava,
ca tragia bon cavalo que o deles alongava;
e log' a hua hermida foi da Virgen, u entrava,
que é cabo Pena-Cova, u jazian soterrados
Omees bõos do tempo que sse perdera a terra,
que os mouros gaannaran, e os mataran na guerra.
E ali Santa Maria o anparou, que non erra,
en com' agor' oyredes, se esteverdes calados.
Ele de Santo Domingos de Silos enton sayra,
e quando foi na carreyra e, como vos dixe, vira
seus enemigos pos ele viir e que lles fugira,
entrou naquela ermida dizendo: "Os meus pecados,
Madre de Deus, son tan muitos que, se me non perdõares
tu que o ben fazer podes, ou sse me non anparares
destes que me matar queren, par Deus, muitos de pesares
te farán os malcreentes que andan desasperados."
Enquant' el esto dizia, os cavaleiros mui toste
chegaron polo mataren; mas viron estar grand' oste
ant' a porta da eigreja, que era en u recoste,
e tod' aquel logar cheo era d'omees armados
Que llo defender querian, se ss' eles a el chegassen.
E quand' eles esto viran, med' ouveron que se achassen
mal de Deus e de sa Madre se y mais fazer provassen,
e afastaron-s' afora, ca foron muit' espantados.
Ca ben viron que aqueles que o ajudar veeran,
en como toste chegaron, que deste mundo non eran;
e porende repentidos foron de quanto fezeran
e perdõaran-lle logo, e foron del pedõados,
E de ssuu se tornaron. E pois as gentes souberon
da terra este miragre, muy gran prazer end' ouveron;
e todos comunalmente a Santa Maria deron
loores, porque son senpre os seus por ela guardados.
Santa María, la gran Dama del amor caballaresco del rey trovador Alfonso X, ayuda, aconseja, convierte y salva a los caballeros con problemas que acuden a su amparo.
Un caballero era perseguido por otros caballeros enemigos suyos en venganza, pues había matado a muchos hombres. Un día que le encontraron solo, le persiguieron hasta la ermita de Peñacoba, cerca del monasterio de Santo Domingo de Silos en Burgos. Al entrar en la iglesia asustado pidió a Santa María que le defendiera. Al llegar un poco más tarde los perseguidores encontraron ante la puerta de la iglesia caballeros armados que llenaban el lugar dispuestos a defenderle. Se trataba de buenos cristianos de la época en que se perdió aquella tierra a manos de los moros, que yacían sepultados en la ladera de la iglesia después de muertos en batalla. Los enemigos al darse cuenta de que eran caballeros de otro mundo y ver la protección de Santa María al caballero, se perdonaron mutuamente y se reconciliaron.»
CSM-233 in "Rosa de las Rosas - Cantigas de Santa Maria, Alfonso X el Sabio (1221-1284)", Pneuma. Paula Vega, Patricia Paz: soprano y coro. Luis Vincent: contratenor, coro y canno. Cesar Carazo: tenor, coro y viola de brazo. Gemán Torrelas: bajo y coro. Jaime Muñoz: ajabeba. Enrique Almendros: chorus (dulcimer). Luis Delgado: santur, cántara. Eduardo Paniagua: flauta tenor, címbalos y director del agrupamento "Musica Antigua".
Nossa Senhora dos Mártyres, rogai por nós.
Nossa Senhora dos Mártyres, rogai por nós.
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